Después de los duros golpes propinados por el Imperio del Japón en Pearl Harbor y el Mar del Coral, los servicios de inteligencia estadounidenses trabajaron intensamente y lograron averiguar la próxima acción japonesa.
Una incursión de hidroaviones pesados Kawanishi H8K2 (Emily) en marzo de 1942, sobre Oahu había despertado las sospechas del servicio de inteligencia estadounidense sobre una posible acción sobre Hawái, pero lo que ignoraban los estadounidenses, era que estos gigantescos hidroaviones iban a bombardear los objetivos dejados de lado en el ataque a Pearl Harbor, pero el bajo techo de nubes impidió un ataque efectivo y se perdió la oportunidad.
A fines de abril de 1942, una estratagema ideada por Joe Rochefort, uno de los oficiales operadores de los cifradores, arrojó el próximo lugar de ataque y fecha. Los operadores descubrieron que el nuevo objetivo japonés aparecía como "AF" en las comunicaciones cifradas niponas. Para comprobar si este objetivo era Midway, como sospechaban los estadounidenses, dicho operador radió que Midway tenía problemas con el suministro de agua potable. Esto fue recibido por los japoneses, que descubriéndose, retransmitieron el mensaje codificado de que "AF tenía problemas con el suministro de agua potable". Así, los servicios de inteligencia estadounidenses dedujieron correctamente que Midway era el próximo objetivo, y que el ataque estaba fijado para principios de junio. También se descifró el mensaje que hablaba de las acciones sobre las Aleutianas por parte del Imperio del Japón, y los analistas estadounidenses dedujeron que este ataque era una mera distracción tendida por los japoneses.
Este mensaje le llegó con carácter urgente al almirante Chester Nimitz quien después de un análisis de la situación, tuvo que tomar apresuradas medidas para contrarrestar la acción japonesa.
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